Entrevista a: Humberto Cholango, presidente ECUARRUNARI

domingo, 11 de octubre de 2009

Tomado de: El Universo | Domingo 11 de octubre 2009


El dirigente indígena dice no sentir nada especial por haberse puesto al frente del presidente Rafael Correa, en la cita del pasado lunes en Carondelet, y haberle reclamado por ciertas actitudes y la falta de atención a su sector. Advierte que el movimiento está analizando y a la expectativa de que los diálogos entre la Conaie y el Gobierno sigan adelante. “El movimiento va a permanecer en alerta máxima... estamos con el ojo puesto”.




¿Qué sentimiento hay en el movimiento indígena luego de dos semanas de un levantamiento que lo dejó fraccionado y una recuperación de la unidad, que los llevó cara a cara al presidente Rafael Correa?



Tenemos una enorme responsabilidad con el país. El movimiento indígena es un actor político y social que tiene que opinar, hacer planteamientos que viabilicen la estabilidad democrática. Internamente hay un sentimiento de unidad, de recuperación, de ser una de las fuerzas dispuesta a continuar el proceso de cambio.



Ha habido muchos golpes contra los sectores indígena y social pero ustedes hicieron poco o nada. ¿Qué pasó?



Ha habido altibajos como en todo proceso democrático y social, dentro del movimiento indígena. Por ejemplo la alianza con Lucio Gutiérrez fue un error estratégico y recién estamos retomando la agenda.



¿Y con este Gobierno? Este trabaja en las bases con la Secretaría de Pueblos, entrega bonos. Decía Delfín Tenesaca (líder de Chimborazo) que el Gobierno es como un virus que va minando a las bases. ¿Es así?


Obviamente ha habido esas dificultades. No nos arrepentimos en lo absoluto de haber luchado por una Asamblea Constituyente... Dentro de nuestro objetivo político estaba tener una nueva Constitución, declarar un Estado plurinacional, fortalecer los derechos de la naturaleza y otros más.



¿Creen que el Presidente cumplirá con los puntos acordados en la cita del lunes pasado?



Nosotros sabemos que hay grupos al interior del Gobierno que no quieren ir al diálogo con los movimientos sociales, que entorpecen, que lanzan cadenas nacionales para desprestigiar. Creo que eso está fracasando definitivamente.



¿Quién pidió que sea televisado y que se quede la prensa?



Cuando se instaló la reunión no sabíamos que estaba transmitiendo la televisión pública. Al inicio de un diálogo siempre ha sido con prensa. Pero después hubo una orden, creo, de que se saque a la prensa, a los periodistas, entonces la gente reaccionó. Dijo que se debe escuchar a todos y se pidió que la prensa se quede.


¿Creen que el Presidente esperaba convencerlos fácilmente?



No creo. El Presidente y nosotros llegamos con una agenda, con planteamientos, creyendo que el diálogo era lo mejor para avanzar en la democracia. Sabiendo que tanto el Gobierno y nosotros no éramos enemigos, que los enemigos estaban en otro lado, en la derecha. Nosotros luchamos por el agua, por la tierra, donde hay una injusticia total. Estamos reclamando mayor participación en las discusiones de ley, estamos diciendo que no imponga y que nuestras propuestas sean debatidas. El país sabe que el Presidente quiso poner el ritmo y nosotros tomamos ese ritmo.




¿Se sintió ofendido cuando el Mandatario le dijo “compa”? Usted le respondió: ¡Humberto Cholango es mi nombre!



Yo siempre lo trato como presidente Rafael Correa. Cuando me dijo, en un momento, compa, sentía que se burlaba. Por eso le dije soy Humberto Cholango y también me dijo que él era presidente de la República porque había ganado elecciones; le dije yo, como Humberto Cholango, también gané las elecciones de la Ecuarunari y por eso estoy aquí. Cuando me dijo que era poncho dorado, le dije que mi corazón era dorado por la lucha de los pueblos.



¿Se le irrespetó? Él se quejó en Babahoyo, al hacer referencia a la respuesta “usted señor Presidente”, cuando él preguntó quién fue el estúpido que dio unas cifras. Dijo que unos cuántos dirigentes creen que le pueden faltar el respeto.



El hecho de haber dicho “usted señor Presidente” fue solo una respuesta. No fue ni con altanería ni con grosería, sino afirmando lo que él dijo. Yo también reclamé porque el Presidente nos dijo que somos locos. Y no somos locos.




Ustedes reclaman porque se quiere estatizar el control del agua. ¿Es malo el estatismo?



El Estado tiene que recuperar los recursos naturales, pero no asumir todas las competencias. Por ejemplo en las comunidades indígenas y campesinas hemos construido muchos canales de riego. Las juntas de agua están organizadas, con manejo democrático. Y querer asumir eso es como querer convertirse en patrones de agua, y los indígenas que sean simples aguateros.




Pero se han aprobado leyes similares, con un control directo del Estado, ¿ahí por qué ustedes no han salido a reclamar?



Nosotros tenemos un proyecto político, que es luchar contra la injusticia y esa injusticia ahora está tan visible en la redistribución del agua. ¿Cómo es posible que el 1% de usuarios o de ecuatorianos controle el 64% de las aguas mientras el 86% de ecuatorianos solo accedamos al 13%. Eso debe cambiar.



Según el Gobierno, eso se quiere cambiar con la nueva ley.



Va a quedar así como está. Solo cambia de concesiones a autorizaciones, sigue el mismo modelo. Queremos que haya una redistribución equitativa. Tampoco decimos que a los sectores productivos, como las florícolas o las haciendas, hay que quitárselas. No.



Pero ellos han invertido en infraestructura, lo que el Estado no ha hecho en las comunas. ¿Acaso los productores grandes no tienen derechos?



Todos tienen derecho pero no a acaparar el agua. No estamos contra esas obras, reconocemos lo que ellos han hecho, pero no tienen derecho a acaparar, mientras al lado las comunidades se mueren de sed.



Cada comunidad tiene su propio pedido; las de la Sierra se diferencian del Oriente, por ejemplo. ¿Cómo articular eso?



Tenemos diferencias geográficas y los planteamientos son diversos. Pero somos unitarios en el objetivo político. La Amazonía quiere que se declare a la región como ecológica porque han sido víctimas de todo un saqueo. Ahí solo ha quedado basura, contaminación, cáncer, ríos muertos, comunidades desplazadas. A pesar que han sacado una enorme cantidad de petróleo desde esos pueblos, no hay nada y solo ha servido para enriquecer a unos pocos bolsillos de ecuatorianos y de empresas extranjeras. Entonces, no se quiere que se repita la misma historia.



¿Y no sucede lo mismo ahora, se está entregando a empresas chinas, venezolanas?



Ese es el reclamo nuestro. Los recursos naturales son del Estado ecuatoriano y tienen que servir a los ecuatorianos. Dentro de la agenda que entregamos al Presidente está la nacionalización y la recuperación de todos los recursos, con una aclaración: no necesitamos que las transnacionales se conviertan en patrones sino que se necesita de aliados.



¿Por eso van al extremismo de decir no a la minería, y punto?



El tiempo nos dará la razón. El mundo está calentándose globalmente, está destruyéndose y en peligro la especie humana. A cuidar la naturaleza, pues.



¿Por qué las fuerzas sociales, hasta de izquierda, van solas?


Hemos tenido reuniones previas para llevar adelante este proceso de lucha. Claro que cada uno tiene su preocupación y cada uno se ha dado modos para hacerse oír. Ojalá haya la sabiduría para dialogar. Pero creo que en el Gobierno no hay esa comprensión y creo que les cuesta entender la dinámica del movimiento indígena.



¿Incluso Rafael Correa?



El manejo de los símbolos podemos entenderlo como un esfuerzo. Pero para entender al movimiento indígena no solo se debe hacerlo desde una visión de un estudio o porque se ha estado muy cercano. El movimiento indígena tiene una dinámica propia, sus códigos propios... La derecha piensa que lo principal es el capital; para la izquierda lo más importante es el hombre, no hay diferencias. Para nosotros, los indígenas, lo más importante es la vida, la vida de una planta, de un animal, de los seres humanos, del planeta. Creo que ahí la izquierda tiene un error y le cuesta entender.



Ustedes dicen no al intervencionismo ¿pero la injerencia de Hugo Chávez, de Venezuela, no es intervencionismo?



Hemos visto, pero él no está poniendo una base militar como lo hizo EE.UU. Una cosa es que sea un gobierno entreguista, que entregue bases, que quiera firmar un TLC. Lo de Chávez es más bien generar una integración posible para que no sea una potencia hegemónica como es EE.UU.


¿Está bien, entonces, que se quieran acaparar todos los poderes y quedarse años en el poder, como Chávez?



No hay que fijarse solo en personas sino en el objetivo de cambiar esta realidad. Si se quiere cambiar hay que fijar un proyecto donde todos debamos converger. Y si en eso una persona está llamada a asumir esa responsabilidad tiene que asumirla. Obviamente que el ejercicio democrático tiene que llevar adelante.


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