GRACIAS A LA VIDA

martes, 6 de octubre de 2009

Por: Wilson Bacacela Altamirano

Gracias a la vida que me ha dado tanto escribía Violeta Parra allende en su Araucaria, como un himno de conciencia vital de la existencia. Himno que transitó por todos los caminos del continente y encontró su espacio en la voz de la Negra, la Mercedes Sosa, así como la conocemos quienes amamos su propuesta y quienes no lo hacen. Si, esa amorosa Mercedes de la secreta esperanza de los huérfanos de voz, que solo levantan su mirada con reclamos de mil voces en contra de los atentados a la vida en todas sus expresiones. Ya no estarán solos, pues te has convertido en el nuevo espacio, estrella luminosa, historia mestiza, india, negra, chola, a pesar del escarnio que un día hicieron de tu figura los que odian la equidad y buscan en el lucro y la ostentación la grosera forma de existir por encima de la esencia de la vida.

Escribirte desde el amor, la pena, es intentar conjugar el sentir de todo un pueblo, ese pueblo que amaste que hoy a pesar de las brumas busca de a poco su real futuro y sus derechos, tozudo y generoso, inclaudicable, vencedor de tanta crisis, este pueblo latinoamericano que siempre supo de una u otra manera quien eras, cantora popular, mujer valiente y generosa. Por eso han salido caminar por la cintura Cósmica del Sur, pisando la región más vegetal del viento y de la luz, suben desde del Sur hacia la entraña América y total; y anda en la sangre un rio que libera en tu voz su caudal. Intento hacer una oración al sonido para juntar colores, acomodarlos, inventarlos, desnudarlos hasta el grito en el afán de volverlos espíritus del agua y seguir escuchando desde la entraña de la tierra: YO SOLO CANTO A MI PUEBLO PORQUE DEL PUEBLO ES MI VOZ, SI PERTENESCO YO AL PUEBLO, TAN SOLO DEL PUEBLO SERA MI CANCION.

Gracias a la Vida que me ha dado tanto, me dio la oportunidad de estar en un momento a tu lado cantándole al dulce encanto de estar en la causa por la vida y sus derechos, tal vez suene a inmodestia o vanidad, nada que ver, es solo vivir la inmensa grandeza de tu sencillez, la de tu poncho rojo que abrigará los logros de los pueblos latinoamericanos.

Tu canto comprometido de madre, mujer y compañera reclamará la justicia real y el equilibrio, respeto a la dignidad humana y al entorno natural. Nadie te dirá adiós de ninguna manera a pesar de que en algún momento dudaste de llegar al corazón de pueblo latinoamericano.

Se abrirán muchas interrogantes, se pretenderá cuestionar tu accionar y tú presencia por los hijos de las babilonias y las felonías, como lo hicieron cuando tu hermano de suerte Silvio que llegó últimamente por estas tierras. Nada de eso ocurrirá pues los pueblos del mundo son generosos y saben reconocer más temprano que tarde quien siempre estuvo de su lado, basta con mirar a los nuevos gobiernos de este continente de colores y bellas diversidades.

Duerme, duerme negrita que tu mama está en el campo, negrita trabajando sí, trabajando duramente, a pesar del dolor de sus entrañas. Se inventarán interrogantes, tergiversaciones que acrecentaran tu figura muy a despecho de la desdicha del odio de los centuriones. Con Fito Páez nos dijiste: Yo solo vengo entregar mi corazón, corazón que se ha quedado en nuestro suelo. Desde estas tierras salitrosas elevamos una oración a la Cruz del Sur que te cobija. Que suenen las guitarras, chirimías; acordeones y tamboras y Como Pájaro Libre de Libre Vuelo, como pájaro libre así cantarás por los caminos de la Patria Grande, tu América.

0 comentarios:

  © Blogger templates Newspaper by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP