Prohibido olvidar.
lunes, 19 de octubre de 2009
Por: Galo F. Benítez En una abarrotada plaza de San Francisco de Quito, el sábado 17 de octubre, el Movimiento Alianza País, motor político del gobierno de Rafael Correa Delgado, organizó un evento de masas, que aglutinó a miles de simpatizantes de la revolución ciudadana. En el discurso del Primer Mandatario, que fue transmitido por los medios públicos, sus palabras encantaron a una muchedumbre que –ciegamente- aplaudió a su líder. Los medios alternativos como Telesur, transmitieron parte de la concertación, sin considerar la decepción que siente el pueblo, debido a un regimen que torció la voluntad popular, por satisfacer apetencias privadas, reeditando el neoliberalismo del pasado. La verdad duele pero es así. Hoy tenemos un gobernante de izquierda en el discurso, pero ultraderechista en su accionar. El presidente en su alocución fustigó a la oligarquía socialcristiana, pero cómo entender que más allá de la demagogia de sus palabras, haya consentido la firma del contrato para la importación de gas licuado de petróleo GLP, por 718 millones de dólares, a favor del monopolio que lidera la empresa “Trafigura”, vinculada a los socialcristianos. Correa tachó de “atraco al país”, el contrato de la construcción del nuevo aeropuerto de Quito, pero hoy calla y, más bien tolera, que el alcalde Augusto Barrera continúe renegociando un contrato con sobreprecio, que a toda luz es perjudicial para el Ecuador. Correa –cuando candidato-, rechazó el proyecto socialcristiano de las autonomías regionales, pero ahora su gobierno es el patrocinador oficial del separatismo, puerta abierta a la desintegración nacional. Correa, cuando fue candidato a la Presidencia dijo que primero se respetaría la decisión de las comunidades, en torno a la apertura a la minería a gran escala; haciendo caso omiso al pueblo se aprobó una nueva Ley de Minería, afín al interés de las transnacionales. Correa apoya el Eje Multimodal Manta Manaos, impulsando el proyecto patrocinado por el Banco Mundial y el BID, para convertir en ruta del comercio internacional, zonas ecológicas sensibles de la amazonía ecuatoriana. Los grandes beneficiados de esta barbaridad serán los imperios comerciales de China y Brasil, con lo cual se pone en riesgo la subsistencia de grupos indígenas de la zona y se afecta el equilibrio de importantes áreas naturales protegidas. El gobierno promociona la no explotación del bloque petrolero Ishpingo Tambococha Tiputini (ITT), a cambio de una compensación económica de los países desarrollados. Con ello intenta proyectar ante el mundo una propuesta ambientalista ‘inédita’ ante el concierto internacional. La otra cara de la moneda es la concesión del Bloque 20 y el campo Pungarayacu a favor de la canadiense Ivanhoe, la misma que representa una amenaza latente al Parque Nacional Sumaco Napo Galeras, área protegida -virgen- que será afectada en los próximos años, gracias a la exploración y explotación de crudo pesado. Correa cuestionó duramente el contrato con la multinacional “Interagua” -que monopoliza el pésimo servicio de agua potable en Guayaquil-, pero mediante Decreto Ejecutivo 1425, recomendó su renegociación, porque no encuentra causal de caducidad del contrato. El alcalde socialcristiano Jaime Nebot debe estar agradecido al tener en Correa un gran aliado. El gobierno pretende hacer leña del árbol caído y así ganar popularidad. Los socialcristianos son cadáveres políticos que hoy se parapetan bajo el Movimiento “Madera de Guerrero” que lidera Nebot. Recuerdo que en una de sus cadenas sabatinas, el Presidente tachó de ‘ganster’ al socialcristiano José Dapelo, gerente de la empresa Ecuavital, que forma parte del Consorcio Gran Colombia. Fue el primer mandatario quien presionó en el Directorio Político de Petroecuador para que se entreguen de manera urgente los campos petroleros marginales al sector privado, y entre ellos el campo Armadillo, que ya fue privatizado a favor de dicho consorcio. Rafael Correa en su arenga populista dijo a las masas: “…acuérdense cómo pretendieron entregar las telefónicas, las petroleras…,etc”. Claro que Lucio Gutiérrez, fiel a su vocación entreguista, intentó privatizar todos los campos petroleros sin éxito, gracias a la revuelta popular que lo destituyó del poder. No obstante, Correa prolongó la triste y larga noche neoliberal para privatizar 12 campos petroleros, perjudicando al Ecuador en más de 21 mil millones de dólares. Lo propio sucedió con la renegociación de los contratos con las transnacionales telefónicas Movi y Porta. Correa ofreció romper el monopolio de estas dos empresas, que controlan el 97% del mercado nacional, pero terminó renovando el contrato por 15 años más. El país perdió la oportunidad de obtener al menos 20 mil millones de dólares, cifra que reportará el negocio en los próximos 3 lustros. Para desgracia de nuestro país, el régimen se conformó con una migaja de 700 millones, un 3% de los ingresos proyectados. Correa firmó el Decreto Ejecutivo 1793, por el cual se prohíbe que las dependencias e instituciones del estado mantengan contratos con empresas cuya casa matriz esté ubicada en paraísos fiscales. Irónicamente, el gobierno se apresta a renegociar el contrato con el Oleoducto de Crudos Pesados OCP, cuya matriz se halla en las Islas Caimán, un paraíso fiscal de acuerdo al Sistema de Rentas Internas (SRI). Milagrosamente, la ministra de Finanzas María E. Viteri encontró una platita votada, anunció al país que se transferirá 1000 millones de dólares de cuentas privadas del Banco Central a las cuentas del estado. Con la mitad de estos recursos, se pudo subir sostenidamente la producción petrolera estatal, sin tener que privatizar los campos de Petroproducción. Por su parte, el ex subsecretario de Bienestar Social del gobierno de Gutiérrez, hoy vicepresidente de la república, Lic. Lenin Moreno, aprovechó la tarima para criticar a esos gobiernos de entreguistas y miserables. Por Dios, ¡Qué descaro!. Cuando Correa critica y deslegitima a la prensa –llámese Radio o TV-, ¡qué importa!, si a cambio de insultos y brabuconadas, el regimen cada año destina no menos de 23 millones de dólares en cuñas y espacios publicitarios, que llenan los bolsillos de banqueros y empresarios, que también son dueños de los medios de comunicación. ¿Tiene Ud. idea de cuánto se repartieron los medios con los 300 millones de dólares que gastó el gobierno con las trilladas consultas populares y referéndums? En su arenga, Correa nos recuerda que este gobierno va a radicalizar la revolución ciudadana. Al respecto, los ecuatorianos con la experiencia vivida debemos entender que el regimen continuará con la privatización de las áreas estratégicas de la economía. No olvidemos que está en carpeta la entrega de los campos petroleros Shushufindi, Auca, Guanta, Cononaco, etc. Tampoco ignoremos que con la nueva Ley de Hidrocarburos se consolida la presencia de las multinacionales PDVSA, PETROBRÁS, ENAP Chile, Andes Petroleum China, REPSOL, pues cualquier modelo de contrato buscará siempre el equilibrio económico que garantice la rentabilidad del negocio para el capital extranjero, mediante los contratos de prestación de servicios o de economía mixta.. El presidente nos habla de soberanía por haber sacado a los marines de la Base de Manta, pero qué hay del bunker imperialista de la nueva embajada de EE.UU. en Quito, que durante dos años fue construido a vista y paciencia del gobierno. Hoy vemos con preocupación cómo -la política gringa de la zanahoria- se está aplicando en múltiples regiones apartadas del país, donde la USAID ha puesto sus garras intervencionistas, bajo el pretexto de la cooperación internacional, en proyectos sociales y productivos. Mientras en países hermanos como Venezuela y Bolivia se expulsa a la USAID, acá se le ha dado camino libre. El presidente desarticuló a la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES) por el escándalo de la ingerencia de la embajada americana en la Policía Nacional y en las FF.AA. Ofreció su reestructuración. Sin embargo, lo que se hizo es cambiarle de nombre, hoy se llama Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado (ULCO), la misma que paradójicamente volvió a recibir asesoramiento por los EE.UU. a través de la embajada. Pero qué ha hecho el gobierno en materia de seguridad interna. Pues bien, dentro del Plan de Seguridad Ciudadana consta el Plan Libertador, copia del modelo implantado por Bush en EE.UU. y replicado en Colombia. Se trata de un sofisticado sistema de espionaje telefónico e intercepción de correos electrónicos, con el pretexto de la lucha contra la delincuencia organizada. Es evidente que este plan tiene un alcance más amplio, forma parte de la superestructura del poder y del control social para mitigar y neutralizar cualquier foco de descontento ciudadano o fuerza social que busque desestabilizar al regimen. Amigo lector, prohibido olvidar que este gobierno -que aparenta ser antiimperialista- recibió en donación 18 millones de dólares de la embajada de EE.UU., por concepto de los equipos gringos que ya están siendo usados para violar un derecho humano universal, como es el derecho a la privacidad. El presidente Correa se llenó la boca insistiendo que con su gobierno se ha enterrado a la partidocracia. Empero la verdad es otra. Sino recordemos su pasado y el de alguno de sus colaboradores cercanos: Rafael Correa, nació a la vida pública y política, del seno de gobiernos neoliberales. En la administración de Sixto Durán Ballén trabajó en el programa MEC-BID del Ministerio de Educación, bajo el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo. Ya en el regimen de Alfredo Palacio, como Ministro de Economía votó por la reelección del colombiano Luís Alberto Moreno, al frente del BID, lo cual significó un respaldo implícito al Plan Colombia. Durante los tres años de gestión, Correa ha elegido como sus colaboradores a representantes de la partidocracia que él dice haber enterrado. Recordémoslos: Alexis Mera Giler, ex colaborador de León Febres Cordero y del PSC; a Raúl Vallejo, Galo Chiriboga, Antonio Gagliardo, Efrén Coccíos, Nicolás Iza Obando, Alfredo Vera Arrata, Ramiro Gonzalez, todos ex ID; Lenin Moreno, Gustavo Larrea, Leonardo Vicuña, Jorge Marún, Vinicio Alvarado, ligados al PRE; Virgilio Hernández, Carlos Polít, Doris Solís, Alexsey Mosquera, vinculados a Sociedad Patriótica; Carlos Vallejo, ex PRE y DP, etc. También en el regimen hay sujetos cuyo pasado les vincula a la U.S. Universidad San Francisco y ciertas ONGs pro yanquis financiadas por la USAID, como Fundación Esquel, Participación Ciudadana, Ruptura de los 25, Projusticia, etc. Allí figuran personajes como Norman Wray, Fernando Bustamante, Gustavo Jalkh, María Paula Romo, etc. En plena crisis financiera, la flamante Asamblea Nacional aprobó la compra de cuatro jeeps de lujo, marca Nissan Patrol, con un desembolso de casi 300 mil dólares. La austeridad no es de todos, solo para los de abajo, ¿no es así? La revolución ciudadana ha incrementado de 15 a 28 ministerios y más de 10 secretarías. Según reporte del Diario Hoy, entre 2007 y 2008 el gasto en remuneraciones para la burocracia subió en 731 millones de dólares. En otro ámbito, el regimen ofreció que no pagaría la deuda externa y que acataría el Informe de la Comisión de Auditoría del Crédito Público. No obstante, parte de la deuda ilegal e inmoral, de los Bonos Global 2015, 12 y 30 sigue siendo cancelada puntualmente. El presidente se peleó con los organismos internacionales de crédito vinculados al FMI y al Banco Mundial, defendiendo supuestamente la soberanía y dignidad del Ecuador. No obstante, solo este año espera recibir 2580 millones de dólares de entidades crediticias de EE.UU. como son el Banco Interamericano de Desarrollo BID, (adscrito al Banco Mundial); y de otros entes prestamistas como del Fondo Latinoamericano de Reservas FLAR y la Corporación Andina de Fomento CAF. Correa le sigue la posta a Gutiérrez en materia de respeto a los derechos humanos. En su momento, el coronel arremetió salvajemente en contra de los pobladores del Oriente aplastando los paros que demandaban atención al grave problema de la contaminación petrolera y la falta de servicios básicos. No hizo lo mismo el actual mandatario con la represión brutal en Dayuma. A su vez, durante el período de Gutiérrez se creó la fábrica de bombas lacrimógenas y equipos antimotines (GASESPOL) destinando varios millones de dólares del erario nacional para su funcionamiento. Según denuncia de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (CEDHU), se usaron dineros públicos para la represión de los forajidos que terminaron derrocando al dictócrata. Al respecto, el gobierno de Alianza País, fiel al Plan de Seguridad Ciudadana, ha incorporado como parte de la infraestructura de represión, la fábrica GASESPOL, que hoy maneja la Policía Nacional. No sería extraño que las bombas usadas recientemente para reprimir a los maestros, estudiantes e indígenas hayan salido de Calacalí, lugar donde hoy se fabrica -con tecnología norteamericana-, pertrechos para la represión, tanto para el consumo interno, como para la exportación. Correa defiende a capa y espada la honestidad del gobierno, dice que no tienen doble moral, en tal sentido cuán difícil se ha hecho creerle, si recordamos los escándalos de las irregularidades detectadas en la Marina frente a Petroecuador; la denuncia de ilegalidades cometidas en el Ministerio de Educación; el caso del ministro de Deportes, Raúl Carrión, y el millonario escándalo de corrupción; los contratos jugosos con empresas del estado por parte de Fabricio Correa y su presunto tráfico de influencias para la adjudicación del contrato petrolero a favor de la empresa Ivanhoe. Al mismo tiempo, queda la duda del por qué fue destituido el principal de la Secretaría Nacional de Transparencia SNT, Esteban Rubio, justo cuando se aprestaba a denunciar las irregularidades detectadas en el contrato de modernización de la Refinería de Esmeraldas, entre ASTINAVE y la coreana S&K, por un monto de 49 millones de dólares. No vaciló el presidente en exaltar su aporte en materia educativa, la obra emblemática de Correa es sin duda las Escuelas del Milenio, que no pasan de 5 en todo el país. Y qué hay de las 5000 escuelas abandonadas que no han recibido atención por parte del regimen. En Ecuador hay más de 6000 escuelas rurales unidocentes, donde un solo maestro debe atender a seis grados a la vez. Así, qué garantía de excelencia se puede esperar de la educación ecuatoriana. Siguiendo el tema, en nuestro país existe un déficit de +/- 26000 partidas docentes, de las cuales el gobierno ofreció crear 12000, pero ha cumplido apenas 1000, en 3 años de revolución ciudadana. Con la nueva Ley de Educación Superior se pretende obligar que al menos el 75% de los 27,800 docentes y autoridades de los centros de estudios superiores, tengan títulos de cuarto nivel. Pero no todos los docentes universitarios tienen plata, como aquellos 358 que han logrado obtener doctorados PhD. Financiar un PhD en el exterior requiere no menos de 25 mil dólares, meta que fácilmente podrá alcanzar el hijo de un banquero, de un general del ejército, de un industrial; en otras palabras, tan solo los ricos podrán acceder a los mandos de dirección académica en el sistema educativo universitario. En otro plano, es tan grave la disponibilidad de cupos en las escuelas que mediante decreto ejecutivo 1593, se condiciona el ingreso a cualquier establecimiento educativo a los mejores estudiantes o abanderados. Eso es discriminación en plena revolución ciudadana. Dice Correa que ahora la salud ya es de todos, que la medicina es gratuita, una verdad a medias, pues basta con visitar los hospitales públicos para darse cuenta que nuestro pueblo tiene que madrugar a las dos o tres de la mañana para conseguir un turno. En el caso de un paciente que tiene que internarse, si bien no le cobran por el uso de la cama, los familiares deben salir a comprar –cueste lo que cueste-, los medicamentos que no hay en los hospitales y, si se encuentra alguno, los médicos recetan genéricos de mala calidad, que en lugar de aliviar o curar la enfermedad, la prolongan en el tiempo. La atención en los centros médicos del país, como en el Hospital Andrade Marín del Seguro en Quito funciona con cronómetro. Imagínense que para cada paciente en consulta externa se destina menos de 10 minutos, tiempo en el cual el médico debe auscultar al afiliado, tomarle los signos vitales, y recetarle lo que se le ocurra, por que el tiempo apremia para atender a cientos de pacientes por día. Lo mismo sucede con los que tienen que hacerse exámenes de sangre, las personas se demoran más tiempo en sentarse en la silla, que la enfermera en sacarle una muestra de sangre, pues el que sigue le pisa los talones. En materia salarial, Correa ha anunciado que este año no habrá aumento de sueldos. Los sindicatos públicos se ven amenazados con las reformas aprobadas por la Asamblea y el Ejecutivo, que desconocen groseramente los derechos laborales. Los jubilados se mueren del hambre con retiros míseros que en su mayoría no pasan de 40 dólares por mes. Al otro lado de la orilla, los militares, policías, etc, -aliados estratégicos del regimen-, se sienten comprometidos con la revolución ciudadana, pues sus salarios han sido casi duplicados, como parte de la homologación salarial. Según nota del Diario Hoy, del 29 de septiembre pasado, 639 millones de dólares se destinó para gasto militar y remuneraciones en el sector. Correa anunció que entregará 130.000 has. en Cojimíes-Guayas a cooperativas campesinas. La revolución campesina y agrícola no se resuelve entregando tierras a los campesinos, para luego dejarles en total abandono. Si no hay una política empresarial por parte del estado para dotar de semillas, abono, riego, maquinaria agrícola, sistemas de transporte, acopio y una adecuada red de comercialización, seguirán traficando con la tierra ciertas cooperativas que hacen de este rubro un gran negocio. El sector agrícola está literalmente abandonado, un producto básico para la alimentación de todo pueblo es el trigo; en el caso ecuatoriano apenas se produce 5000 has. de trigo (2% de la demanda interna) y, el país tiene que importar más de 500 mil toneladas al año, lo cual implica un desembolso de 145 millones de dólares. Para este año el regimen destinó solo 3,6 millones de dólares para apoyar la producción nacional. La revolución agrícola y la soberanía alimentaria, brilla por la ausencia, pues solo basta con visitar los mercados para constatar que estamos inundados de productos chilenos, argentinos, gringos, peruanos, colombianos, etc. La producción nacional agoniza gracias al modelo neoliberal dominante. Dice el gobierno que está en contra de la banca, pero la realidad demuestra que se ha convertido en su mejor aliado. Nadie se olvida cómo decidió el regimen transferir 400 millones de dólares de los fondos del Seguro a la banca, para que el IESS asuma la cartera hipotecaria por cobrar del sector privado. Cómo es posible que se siga financiando con plata del pueblo a la banca, si el año pasado este privilegiado sector obtuvo ganancias por 445 millones de dólares. Tampoco hemos olvidado cómo se metió la mano a los dineros de los afiliados al IESS más de 1500 millones para cubrir el hueco fiscal, a cambio de bonos del estado, puros papeles que acrecientan la deuda eterna del gobierno al Seguro Social. Qué es lo que festejan en San Francisco los aliados del gobierno, cuando la Patria se estremece con las estadísticas que revelan la tragedia que vive el Ecuador. ¿Estamos bien señor gobierno? Según el Programa de las Naciones Unidas (PNUD), Ecuador ocupa el puesto 80 en desarrollo humano, de entre 140 países. Con un índice de 0.806, estamos muy por debajo de Cuba, a la que se le ubica en el puesto 51 con un índice de 0.86. ¿Seguimos bien señor presidente? Según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, el 26% de la población infantil en Ecuador -de cero a cinco años- sufre de desnutrición crónica; es decir que uno de cada cuatro niños, menores de cinco años de edad, sufren de este mal. En zonas rurales indígenas como en la provincia de Bolívar, la desnutrición crónica afecta al 48% de la niñez, en Cotopaxi al 45 y, en Chimborazo al 52%. Recuerde Ud. presidente, que LA DESNUTRICIÓN ES LA PUNTA DE LANZA DE LA POBREZA, hecho que sus cadenas de televisión no podrán ocultar jamás. El propio gobierno ha revelado cifras espeluznantes sobre la población que padece de pobreza extrema, cuyo porcentaje asciende al 12,8% (1,7 millones hbtes). Es más, en el campo, la pobreza oscila entre el 49 y 53%. Sin embargo, el gobierno no tiene empacho en justificar la carrera armamentística, con la compra de aviones no tripulados, superbombarderos, helicópteros artillados, etc. La justificación estúpida es la defensa de la frontera norte, donde se mantienen 14 mil soldados que le cuestan al estado más de 100 millones de dólares al año. O le hacemos el juego a Uribe con el yunque y martillo del Plan Colombia, votando la plata del pueblo en una guerra preventiva inútil; o terminamos de entender que el conflicto colombiano no se resolverá mientras subsistan la pobreza y la injusticia, que arrojan más de 8 millones de colombianos sumidos en la miseria más insultante. Se prefiere destinar casi el 10% (1500 millones al año) del Presupuesto General del Estado para la Defensa, mientras el gobierno a duras penas invierte en educación 1.400 dólares por estudiante; una cifra de las más bajas en América Latina, pues Brasil destina 10.000 dólares por alumno. ¿Continuamos bien presidente? En Ecuador tan solo 10 de cada 100 ecuatorianos tiene acceso al Internet. Para 2008, existían 291 mil usuarios del servicio, tan solo un 2% de la población nacional. Y qué decir del servicio de telefonía fija, únicamente el 13% de la población dispone de líneas telefónicas con 1,9 millones de líneas. El desempleo ha subido al 9.1 %, la inflación se aproxima a dos dígitos, datos que Ud. paladinamente ha reconocido, culpando a la crisis mundial o a los gobiernos del pasado, de todo lo que pasa en el país. ¡Hasta cuándo seguimos lavándonos las manos! Por otro lado, según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), menos del 5% de la población infantil comprendida entre 5 y 14 años, en situación de riesgo, recibe ayuda del gobierno. Para terminar, volviendo a la gloriosa concentración de Quito, si Ud. –amigo lector- revisa las tomas de mitin de San Francisco, donde los aliados del gobierno vistieron de verde la plazoleta, aparece claramente un cartel, justo a lado de la tarima donde se paró Rafael Correa para condenar a los socialcristianos. En ese cartel consta el nombre del ex socialcristiano Otto Vera, hoy aliado de País, y actual alcalde de Santa Elena. ¿Pura coincidencia?
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