Cuenca, nuevamente escenario de la movilización popular.

Por: Colibrí Insurgente

Más de tres mil personas se dieron cita este viernes 11 de septiembre en la ciudad de Cuenca, para marchar y protestar contra el proyecto de Ley de Aguas impulsado por el gobierno. Comunidades indígenas, campesinas y agrupaciones políticas de las provincias de Azuay, Cañar y Morona Santiago, se concentraron en los bajos de la Gobernación, junto a varios dirigentes políticos y populares contrarios a la ley, en el preludio de lo que serán intensas jornadas de movilización.

Luego de varias marchas iniciadas en distintos puntos de la ciudad, el Parque Calderón sirvió de escenario para rechazar el proyecto presentado por el ejecutivo en torno a la ley de aguas. Linder Altafuya, asambleísta del MPD, junto a Sebastián Ceballos director provincial del mismo partido, encabezaron la primera marcha en llegar; junto a ellos, otras organizaciones de base y Pachakutic, confluyeron en la “Glorieta” del parque para hacer públicas las inconsistencias de dicha ley, poniendo al centro del discurso, que esta beneficia a las grandes empresas agro productoras y tenedores de tierras, en detrimento de las pequeñas comunidades y sus parcelas.

Alberto Acosta, ex presidente de la Asamblea Nacional Costituyente, hizo un llamado a la movilización permanente en defensa de los recursos naturales y de la carta constitucional, haciendo hincapié en que esta última, es patrimonio de todos los ecuatorianos y no del movimiento PAIS o el presidente Correa.

Empiezan las provocaciones y la represión.

Entre los marchantes de las comunidades campesinas, se encontraba un hombre de aproximadamente 50 años de edad, el que fue contactado por un policía uniformado. Luego de alejarse caminando de la movilización, montó en una motocicleta policial con certero rumbo hacia el Comando de Policía, tal como lo muestran las fotografías tomadas por uno de nuestros colaboradores, quien grabó las imágenes del trayecto tomado por los dos individuos. Es muy posible que la actividad del sujeto sea la de informante de la policía y sus cuerpos de inteligencia o, agente provocador.

Lamentablemente estas prácticas represivas, viejas y características de los gobiernos oligárquicos e incluso militares, se reeditan en la actualidad. Su objetivo no es otro que el de golpear y dividir al movimiento popular, infiltrándolo e incluso reprimiéndolo abiertamente.