Reflexiones sobre decreto No. 1780

viernes, 4 de septiembre de 2009



Por: Carlos Bacacela A.

La expedición del decreto N° 1780 hecha por el Presidente de la República, el cual renueva por diez años más la presencia de las misiones católicas Salesiana, Capuchina, Franciscana (entre otras), pone en la mesa del debate y la discusión varios elementos de carácter ideológico y cultural que son necesarios para poder reflexionar sobre los alcances y fines de este.

Allí se menciona que uno de sus objetivos, es el incorporar a la vida socio económica y cultural del Ecuador a todos los habitantes de las provincias Amazónicas, Esmeraldas y Galápagos. Aquí cabe detenernos en la historia reciente de nuestro país, pues estas “misiones” católicas han estado presentes en nuestra amazonía por más de cincuenta años y que coincidencialmente se empata con la presencia de las petroleras Shell y Texaco en estos territorios.

Patricio Trujillo, en su libro “Salvajes, Civilizadores y Civilizados”, nos cuenta como La misión Salesiana ingresa al Oriente ecuatoriano en 1944 tras firmar un contrato con el Estado, en este convenio se comprometen a la “reducción de jíbaros”, lo que implicaba labores de educación, evangelización y civilización de la nacionalidad Shuar, para este cometido también se les adjudicó grandes cantidades de tierras bajo su administración. En el periodo 1950-1965, se abren los internados de educación y evangelización. Según testimonios recopilados por el autor, para los Shuar que ingresaban a estos internados era prohibido hablar en su lengua natal, se les tildaba de salvajes y piojosos, se incitaba a que deben portarse como los colonos y dejar de ser guerreros; se les obligaba a ponerse uniformes y a trabajar en labores de desmonte de la selva para labores agrícolas. Esto generó en los Shuar varios conflictos fundamentalmente en su organización económico-social, política y cultural, muchos al salir de estos internados terminaron renegando de su pasado.

Otro caso no muy conocido es el Proyecto civilizador del Instituto Lingüístico de Verano, el cual se asentó en el año de 1953 en el poblado de Shell (que en un inicio fue campamento de la petrolera del mismo nombre y que poco a poco se convirtió en un poblado) en el Puyo. Su intención fue el “convertir” a la fe cristiana a los Waoranis; triste es el caso de la Indígena Dayuma quien fue utilizada como “experimento” para mostrar los resultados de la evangelización, fue instruida en el conocimiento de la Biblia y demás costumbres cristianas, lo que significó la distorsión y pérdida de su identidad, además que sirvió como instrumento para iniciar el proceso de colonización y sometimiento cultural con los demás miembros de su nacionalidad.

Este proceso de “reducción de indios”, tuvo sus resultados a finales de 1968, logrando que cerca del 80% de Waoranis abandone sus tierras, quedando solamente los que hasta la actualidad habitan el Parque nacional Yasuní. En el año de 1976 la misión Capuchina ingresa a la Amazonía ecuatoriana con el objetivo de civilizarlos, bajo los mismos parámetros antes mencionados.

Entonces eso de que estas misiones, como reconoce el decreto, han venido laborando eficazmente por el progreso de estos sectores del territorio nacional, merece ser evaluado de una forma objetiva, ya que han pasado cerca de 50 años y vemos que las condiciones de vida de estos pueblos continúan enfrentando serias dificultades.

El carácter ideológico y político que han jugado para el imperialismo la evangelización, precisamente han logrado deformar y en algunos casos enajenar completamente la identidad de los pueblos con el fin de ganarlos para sus intereses. En la cosmovisión de los pueblos indígenas de la Amazonía, el bosque, el agua y los animales son morada de los espíritus y atentar contra su medio ambiente es atentar contra su forma de vida. Estos pueblos por historia guerreros han utilizado la fuerza para defender sus territorios de todo tipo de amenaza. Contra esta característica apuntaron fundamentalmente estas misiones cuyo objetivo era “amansarlos” y prepara el terreno para la entrada de las transnacionales. La religión católica, durante siglos ha servido como instrumento de carácter ideológico de las clases dominantes, de ella se han valido para legitimar el estado de las cosas, y desarrollar en la conciencia de los pueblos la imposibilidad de cambiar las cosas, de esperar que un “salvador” ayude a resolver sus problemas. Además, esta se ha desplazado valores que son ajenos a sus intereses y reemplazarlos por otros que ayuden a sostener el sistema económico imperante.

Si bien es cierto que estas misiones han impulsado acciones en el ámbito de la salud, la educación, la agricultura y la ganadería, también es cierto que a los pueblos, que han recibido esta ayuda, les ha costado la renuncia, en mucho de los casos, a su modo de vida, lo que ha ido en beneficio del desarrollo de un modelo extractivista que está poniendo al borde del colapso a la Amazonía ecuatoriana.

Esta primera reflexión nos arroja dos cuestionamientos.

En este decreto se menciona el Art. 5 literal A del convenio N°169 de la OIT denominado “Convenio sobre pueblos indígenas y tribales”, en el cual determina que deben reconocerse y protegerse las prácticas, sociales, culturales, religiosos y espirituales propios de los pueblos indígenas y tribales. La duda está, en que estas misiones ¿Cumplirán fielmente con este principio, pues hemos constatado los resultados de su labor en la Amazonía por casi 50 años?

La nueva Constitución Política de la República del Ecuador, en su artículo 57 numeral 21 determina que “Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas y hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio que será tipificado por la ley”. ¿Acaso la intromisión de dichas misiones no violan el derecho de autodeterminación de estos pueblos?

Otro tema a tener en cuenta es el carácter laico del Estado consagrado en el Art.1 de la constitución, ya que este decreto en la clausula primera litera b, autoriza a las misiones la creación de centros de educación con el financiamiento del estado, según este, anualmente recibirían más 200 mil para cubrir los gastos referente a mantenimiento de obras, El literal h, hace mención al apoyo que deben dar los ministerios de agricultura y pesca, ambiente, y el INDA, para las actividades productivas que emprendan en esas zonas. Aquí el cuestionamiento está en que si el estado ecuatoriano se declara laico ¿A caso no estamos retrocediendo más de 100 años atrás, cuando antes de la revolución liberal encabezada por el General Alfaro, el estado estaba regido por los designios de la iglesia católica representados por García Moreno, y el comportamiento de la sociedad ecuatoriana estaba marcada por un exacerbado fanatismo religioso? Uno de los logros de la revolución liberal fue precisamente desterrar de las funciones del estado la influencia y el poder que tenían la iglesia, gracias a esto la educación en el país inicio a separarse de los dogmas de la religión, y de ponerse al alcance de la población en general, pues antes del ascenso del Alfaro a la presidencia, la educación era solamente privilegio de pocos y era controlada prácticamente en su totalidad por la iglesia. Por tal razón creemos que este decreto a más de inconstitucional, es una clara demostración de las contradicciones que el presidente de la república tiene en la aplicación de su política educativa, y de su concepto de cambio revolucionario.

Para terminar queremos sentar que no nos oponemos a que los nacionalidades indígenas que habitan la Amazonía y parte de Esmeraldas, puedan desarrollar sus derechos que la constitución les otorga, además ponemos en claro que el estado tiene la obligación de llevar adelante estos procesos de integración, pues creemos que el contacto de pueblos y culturas tiende a la universalización de valores y conocimientos los cuales son positivos y enriquecedores para los involucrados. Pero permitir que estos procesos sean dirigidos por estas misiones, que lo único que han hecho es deformar la identidad de estos pueblos, es una burla a los siglos de lucha en contra del colonialismo y el neocolonialismo.

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