NOVIEMBRE 15,1922

lunes, 16 de noviembre de 2009

En agosto de 1914 los síntomas económicos eran críticos: devaluación, inflación, bajos salarios, baja de las exportaciones, endeudamiento externo, hambre, los terratenientes, las oligarquías hacían pagar los efectos de la crisis a los trabajadores y al pueblo. A la voracidad de los explotadores la clase obrera respondió con el combate, bajo la influencia de la revolución de octubre de 1917, cuando el proletariado ruso dirigido por el partido comunista bolchevique, encabezados por Lenin y Stalin tomó el poder e inauguró la era de la revolución proletaria y el socialismo, los trabajadores ecuatorianos ampliaron su lucha. Frente al hambre y la explotación la huelga general se convirtió en un imperativo, de la sierra y especialmente de la costa acudieron a robustecer las filas de los combatientes de noviembre en Guayaquil.



Lentamente fue desarrollándose el capitalismo, lentamente surgió la clase obrera. Florecieron las empresas a base de la miseria de los trabajadores, los combates y la organización también crecieron de los gremios de ayuda mutua a los primeros sindicatos, a las federaciones. Los campesinos sin tierra, huasipungueros, yanaperos, también se levantaban en contra de las infrahumanas condiciones de vida. Tras la revolución Alfarista, el ferrocarril unió la costa con la sierra.


El capital Norteamericano desplazó al inglés, la oligarquía criolla se robusteció, los trabajadores acentuaron la lucha huelga tras huelga, Tomasa Garcés, con sus 4 hijos se tiende sobre las rieles del ferrocarril, para impedir que los rompehuelgas acallaran la voz obrera, que empezaba a nacer y expandirse.



El 13 de noviembre de 1922, la gran asamblea de trabajadores reunida en el sindicato Tomás Briones lanzó el llamado a la huelga general:



Compañeros, la fuerza incontrastable del proletariado reside en su unión en su abnegación, en su recíproco apoyo, porque estas son las condiciones básicas de su poder. Pueblo hermano, nos encontramos colocados en la situación más difícil a causa de la terquedad del capitalismo y sus sostenedores, quienes prevalidos de la fuerza que los apoya pretenden imponernos las condiciones más humillantes e imposibles para la solución de los justísimos reclamos que tenemos presentados a las respectivas empresas. En consecuencia la gran asamblea de trabajadores decreta el paro general desde hoy a las 3 de la tarde como elocuente protesta por todos los atropellos de que somos víctimas. Compañeros del pueblo estamos vinculados por un gran imperativo el hambre y no toleraremos que el déspota capitalista quiera pisotear nuestros derecho, si ellos viven en medio de la abundancia y de la orgía es debido a nuestros brazos, a nuestras energías y a veces a nuestras vidas.”



¡¡¡15 de noviembre de 1922, las 3 de la tarde, 20 mil hombres, mujeres y niños en las calles del puerto. La Federación regional de trabajadores, la confederación obrera del Guayas, los ferroviarios de Durán, la Sociedad de Cacahueros, la Sociedad de 30 de Julio, los trabajadores de la Arsenal, la Asociación Gremial del Astillero, los trabajadores de la empresa eléctrica, la Sociedad de Tipógrafos, la Sociedad de Estibadores, la Sociedad de Joyeros y Plateros, la Sociedad Nacional de Empleados, representantes de la Artística de Pichincha, trabajadores de Riobamba, Ambato, la Liga Obrera del Guayas, los empleados del servicio sanitario, los empleados de comercio, los trabajadores de la proveedora de agua del cuerpo de bomberos, de los tranvías y carros urbanos, de aseo de calles, los vendedores de periódicos, el centro feminista La Aurora, la agrupación Rosa Luxemburgo, la escuela taller de la Liga Obrera, la Sociedad de Plomeros y Gasfiteros, la Sociedad de Areneros, los trabajadores de las fábricas, aserríos y talleres San Francisco, Santa Rosa, Molino Nacional, la Fama, el Progreso, la Roma, la Universal, la Jabonería Nacional, Casa Americana, la María, La Iberia, San Luis, Cervecería Nacional, Casa Biting, La Corona, todo Guayaquil, menos los ricos!!!



Durante 8 días había permanecido sin luz ni agua la ciudad de Guayaquil, sin que hubiera habido ningún desmán, ningún acto repudiable, solo la huelga general absorbía la atención, la total paralización de actividades, la decisión, la unidad y la fuerza de los combatientes, hizo temblar a los explotadores, la oligarquía y su gobierno corrieron la voz de que los huelguistas eran una turba de ladrones y asaltantes movidos por los bolcheviques, era la justificación para lanzarse contra el pueblo desarmado. Más de mil muertos, no respetaron mujeres, niños, ancianos, con yataganes abrieron sus vientres, y los lanzaron a la ría.



Pero de entre la multitud que huía, heroicos combatientes respondieron buscando armas, arrebatando armas, mataron a quienes al pueblo asesinaban y grande épico el valiente proletario Alfredo Baldeón, se puso a la cabeza de la lucha.




“Noviembre grita en la memoria

al pueblo muerto en la batalla del litoral.

Envolvió el río entre sus alas

los cuerpos de los combatientes del 22.

Se incendió, rojo el sol y nació, a la historia nació

la clase que va rompiendo cadenas en el Ecuador.

El muerto fue un panadero trabajador….

y el compañero le arrebató el fusil criminal….

Y luchó, por su vida luchó

y por todo el pueblo Alfredo Baldeón.

Pero en las calles combatiente

buscaba el pueblo esperanzado la revolución.

Y Baldeón, el obrero tierno y fuerte se reía de la muerte,

con el puño levantado tomó el reto

y a su lado llamó, con su ejemplo a combatir”.




“Violento y terminante mar de lo ya ido,

volcánica corteza del tiempo transcurrido,

levanta con vigor tu ceja furibunda.

Ola que bramas la verdad profunda

de los pueblos caídos luchando por el pan,

somos los anónimos muertos del 15 de noviembre,

que escribimos con algas la tragedia sin nombre,

repetimos la heroica gesta del pueblo levantado,

nuestro paso inicial cortado, ensangrentado,

grito de gloria humana ahogado en yatagán”




“Calles del puerto, trincheras respetadas,

calles endurecidas por tristes madrugadas,

o Guayaquil amada, campo de batalla

recordad nuestra sangre por el odio derramada,

roja siempre roja como necia verdad.

Quisimos el progreso, la ciencia, el pan para todos,

el fin de la explotación y de la infamia.

Nosotros los trabajadores que caímos peleando,

volveremos a salir con las mismas consignas proletarias,

en vosotros hermanos seguiremos luchando”




Era la primera huelga general de trabajadores en el país, la lucha general por el alza de salarios, el combate por la defensa de las 8 horas de trabajo, la respuesta del pueblo contra el hambre, el repudio a la explotación y la política de la oligarquía, la huelga general por una nueva vida.



Relato y poesía tomados de la Cantata al 15 de Noviembre de 1922, realizada por el entonces Centro de Arte Nacional en la década de 1980 fundado por el poeta revolucionario Rafael Larrea.

Unión de Artistas Populares del Ecuador.

UNAPE

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