Defender el agua: Luchar contra el imperialismo y en defensa de la vida.

martes, 10 de noviembre de 2009

Conclusiones del foro “Agua derechos humanos y de la naturaleza”. Cuenca.



En la memoria de la humanidad y en toda aquella de los seres que habitan este Planeta, el agua está presente como garantía, no sólo de una parte esencial de su existencia, sino que además, constituye un porcentaje importantísimo de su constitución física; en el ser humano por ejemplo, el cuerpo está formado por un 70% de líquido, mientras que, en el caso del globo terráqueo, las dos terceras partes de la superficie está cubierta por océanos, ríos, lagos, etc. Razones por las cuales, resulta imposible dejar de lado su percepción, ya sea de manera consciente o inconsciente.


Con esta premisa, resulta también evidente la preocupación de las sociedades a lo largo de la historia, en torno a este elemento que se ha constituido en el símbolo mismo de la existencia. De ahí que las religiones y conceptos cosmogónicos, surgidos desde los estadios más antiguos del Paleolítico, hace miles de años, hayan incluido al agua como principio y fin de toda vida, no sólo en términos de la trascendencia del individuo, sino básicamente en la proyección del conjunto de los grupos que se han sucedido a lo largo del tránsito de la humanidad.


El 97% del agua presente en la Tierra se encuentra en los océanos y tiene un alto contenido de sales, por lo tanto, no es apta para consumo humano; el 3% restante es agua dulce, que se encuentra principalmente en estado líquido y sólido. Esta agua dulce se distribuye de la siguiente manera: el 2,37% en forma de glaciares y hielos, un 0,6 % como aguas subterráneas y sólo un 0,03 % en ríos y lagos. Con estas cifras en la mano, queda claro que el agua dulce es un bien escaso, situación que se agrava aún más si se considera que un porcentaje de esta agua dulce se encuentra contaminada y por tanto ya no es de libre disposición para los seres humanos, y tampoco para otros seres vivos.


En el Ecuador, las principales amenazas tienen que ver con la apropiación privada de las fuentes naturales –sobre todo en las zonas de altura- , que dificultan su distribución para el riego comunitario, es decir, el riego que se emplea para la producción de alimentos. La contaminación industrial y de sectores artesanales complican el panorama. Quizás, la amenza más latente viene de la mano con la acción minera a gran escala; sumado a la contaminación inevitable y probada, el desvío de causes de ríos, aguas subterráneas, acequias, etc., esto para la alimentación de plantas hidroeléctricas necesarias para el funcionamiento de los complejos mineros, advirtiendo el desabastecimiento de agua y con ello, la carencia de alimentos, el tráfico del agua, de la tierra y la migración forzosa de poblados enteros, por la pauperización de las condiciones ambientales.


La política del gobierno de Rafael Correa se enmarca en el continuismo de la mono producción nacional; se reedita la sustitución de un producto de exportación por otro, apuntalando las condiciones legales que facilitan la explotación minera, en una suerte de tabla de salvación para las arcas nacionales, toda vez que el ingreso petrolero no abastece al régimen y las reservas hidrocarburíferas han entrado en declive. La Ley de Recursos Hídricos que pretende aprobar la Asamblea Constituyente ecuatoriana, viola las mismas normas constitucionales sobre los derechos de la naturaleza, los conceptos del buen vivir y los propios derechos humanos. Existe una agenda previa que pacta entre gobierno y transnacionales mineras, la explotación en áreas sensibles tanto por ser zonas naturales o pobladas. En el afán de iniciar la explotación, se ha instaurado un estado policíaco, que criminaliza, persigue y reprime a dirigentes, luchadores y organizaciones populares que protestan y resisten la envestida del imperialismo, representada en el gobierno lacayo de PAIS.


En el austro, concretamente en Azuay y Cañar, la presencia de la canadiense I am Gold en la zona del cerro de Quimsa Cochas, en Victoria del Portete, cantón Cuenca, significa una verdadera amenza, ya que la propuesta extractiva contempla el sistema “a cielo abierto”, además del desvío de las cuencas hídricas para la generación de energía hidroeléctrica. Esto se traduce en la destrucción del principal colchón de agua de la zona, que es quien abastece a la ciudad de Cuenca por medio de los ríos Yanuncay y Tarqui y, hacia la costa, a todos los lugares aledaños de la cuenca del Jubones, alimentada por el río Rircay, que también nace de los humedales y lagunas de la zona alta de Tarqui. Se verán afectadas las poblaciones de todo el sur de la sierra y la costa: las plantaciones bananeras se riegan con esta agua y su desertificación se haría inminente; los cultivos y el ganado de Tarqui se verían afectados de inmediato, además de medio millón de habitantes de Cuenca, que verán en grave peligro el suministro de agua para consumo, no hablemos de agua potable. La contaminación ambiental resultante del movimiento masivo de tierras y los lixiviados de la explotación minera hacen incalculable el impacto en la región.


La lucha por la defensa del agua es una lucha altamente justa, en defensa de la vida, de carácter político, antiimperialista por principio, y que debe convocar a la unidad de todos los pueblos, organizaciones y luchadores sociales, para la expulsión de las transnacionales mineras, nacionalización de los recursos naturales y la redistribución del agua en función a la producción de alimentos. Significa el enfrentamiento entre los intereses de los pueblos y naciones oprimidas, contra los imperialismos, sus estados y gobiernos opresores, que explotan las riquezas nacionales para resolver su crisis y aumentar la acumulación capitalista.

Se convierte en parte de la lucha por la liberación social y nacional de los pueblos. Permite sumar las diferentes formas de resistencia contra la dominación, aglutinando a ingentes sectores poblacionales, bajo las banderas de un estado soberano y libre de la explotación del hombre por el hombre.


La constitución de espacios para la organización es tarea principal. Queda planteada la forja de un gran frente por la defensa del agua en la ciudad de Cuenca, que aglutine a los participantes del Foro y las organizaciones sociales, políticas y gremiales, a la ciudadanía en general, en miras a la movilización que obligue a las instituciones públicas, los representantes del Ministerio de Ambiente, Secretaría Nacional del Agua, ETAPA (Empresa a Telecomunicaciones Agua Potable y Alcantarillado de Cuenca) a tomar partido a favor de los pueblos y sus intereses. Debe acompañar a este planteamiento, la unidad recíproca de las organizaciones, poniendo al centro de su práctica la difusión de las circunstancias en las que se desenvuelve el país, la acción de las empresas mineras, la acción gubernamental y la lucha de las comunidades en resistencia. La denuncia de los atentados contra el pueblo, la solidaridad y la unidad, serán la única garantía para la victoria.


Jueves, 5 de noviembre de 2009.


Colectivo “Colibrí Insurgente”


Coordinadora Nacional por la Defensa de la Vida y la Soberanía


Federación de Organizaciones Campesinas del Azuay


Frente Popular, Azuay





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