Venezuela: Revolución en marcha; Ecuador: contra revolución oficial .

lunes, 12 de octubre de 2009

Por: Ing. Juan Diego Salazar Bermúdez


Hugo Chávez acaba de dar estatus legal a las milicias bolivarianas que operan en Venezuela. Se trata de cuerpos de hombres y mujeres comprometidos con la revolución liderada por el coronel, cuya forma de organización aglutina a más de un millón de venezolanos, divididos en alrededor de cien mil núcleos.


El proceso es interesante ya que habla de la participación masiva y organizada de un gran segmento de la población, dispuesta a defender a su gobierno, las conquistas con él alcanzadas y combatir los intentos contra corriente que impulsa la oligarquía del país caribeño y el imperialismo de EEUU. Ahora se suma el enclave pro imperialista en la región, el gobierno de Colombia.


Pero lo interesante no está en ver lo evidente, pues esa valentía por defender lo propio es característica innata de los pueblos, demostrada a lo largo de la historia. Lo más importantes radica en el contenido de esos grupos, que tiene relación con la integración de la militancia de izquierda y sociedad en general en la política. En Venezuela encontramos un pueblo comprometido y partícipe de la política; todos los renglones sociales van asumiendo una postura, sea a favor del cambio o en contra, pero en todo caso, no les es ajeno el ajetreo político.


Por ese andarivel las milicias de Chávez, tienen como primera responsabilidad la vigilancia del proceso revolucionario, es decir, dar cumplimiento a las orientaciones del cambio, vigilando la práctica de los dirigentes del Estado y del Partido, por medio de la discusión y el debate abierto. Un segundo y evidente objetivo es la defensa práctica, en las calles, de la revolución. Mientras se hace evidente el ataque en el discurso de la Casa Blanca coreado por la cancillería colombiana, más importante se hace contar con ese pueblo organizado.


Chávez ha dado presupuesto y un espaldarazo legal a esta fuerza; apoya la participación ciudadana e incluso, fomenta su instrucción militar por parte de las Fuerzas Armadas regulares de Venezuela, a fin de contar con un pueblo en condiciones de defender lo suyo.


¿Qué sucede con Rafael Correa? La diferencia es radical. En el Ecuador de las últimas tres décadas, el ritmo de la política siempre estuvo en el tono que marcaron las organizaciones populares, permanentemente en conflicto con socialcristianos, demo populares y demás oligarcas con sus partidos. En contra de las dictaduras, contra la tortura, contra la flexibilización laboral o la sucretización de la deuda externa, por la salida de la base de Manta o, en defensa del trabajo, laicismo en la educación, libre ingreso a la universidad o, por la salud gratuita, en medio de la caída de un vicepresidente, tres presidentes e innumerables ministros, subsecretarios y demás… los actores siempre hemos sido los pueblos. Incluso el movimiento PAIS, resulta de esa inconformidad con el status quo y explica a su vez, el auge y triunfo de Rafael Correa como presidente. ¿Rafael es consciente de ello?


Sea o no consciente, la posición por él asumida poco lo diferencia de los gobiernos de derecha. Las medidas económicas no apuntalan la producción, al límite se las puede ubicar como refuerzos para el circulante (medidas monetaristas, por él condenadas), reprime en varias ocasiones a los que debería considerar como aliados naturales, se rodea de un círculo “rosa” de derecha, con el que atizan las contradicciones con las organizaciones populares; ahora último, ya cuenta con un muerto en su período presidencial, fácilmente evitable si hubiese permitido o propiciado el diálogo. No satisfecho, ya sin paros, cual pugilista de esquina, dice que él no cedió frente a la presión, y que fue él quien sometió a indígenas y maestros ¿será?


Las diferencias son radicales entre los dos procesos, el uno se radicaliza al punto de prepararse para un combate abierto contra el imperialismo yanqui. El otro, hace aguas en su propio barco y pugna por el rompimiento con y de las fuerzas populares que lo apoyaron. Pretende enfrentar y triunfar sobre la derecha, en un conflicto incongruente, toda vez que él viene haciendo juego a ese sector.


Los famosos CDR´S de PAIS, no solo que no crecen, cada día se hace más difícil su diseminación, producto de lo que se perfila como una traición al proceso de cambio que el Ecuador tanto espera. A la víspera están las organizaciones populares que tendrán que radicalizar su discurso y acción, asumiendo la responsabilidad de dar el salto necesario hacia el socialismo.

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